martes, 14 de septiembre de 2010

Episodio 10: La ley de la fuerza

Los minutos pasan, la tensión crece. Se hace eterno el tiempo. Es la espera más larga que hayas vivido. No sabés que va a pasar. Te resignas a que la suerte maneje la situación. Nadie dice nada en el auto. A Julia le llega un mensaje, amagás con mirarla pero enseguida tu vista vuelve al frente. Tensión. Sale un vecino del edificio de al lado, se queda un minuto mirando sospechosamente el Honda en el que ustedes están y sigue su camino. Matías, tu hermano, no saca la mirada de esa puerta. La chispa está por provocar la explosión. Sabés que en cualquier momento Dani tiene que salir. ¿Y si no sale? ¿Cuánto tiempo estará dispuesto a esperar Matías? Ya ni pensas en que se resigne. Y enseguida esas dudas se hacen historia cuando ves que se va abriendo la puerta de donde vive Dani. Parece todo en cámara lenta. Parece una ficción. Pero lo estás viviendo. Ves a Dani salir y casi sincronizadamente, mientras cierra la puerta, tu hermano abre la del auto. Baja y da un portazo. Del asiento de atrás escuchás un: “¿Qué hacemos, Ce?” Ante la falta de que responder, no contestas y seguís dura viendo lo que pasa al frente. Escuchás gritos de Mati. Dani no se queda atrás y contesta a los gritos. Más gritos hasta que Matías lo tira al piso empujándolo con ambas manos en el pecho. Dani se levanta, reacciona y tira una piña de derecha, que Matías logra esquivar y en el mismo movimiento le pega una trompada en la boca del estomago. Ahí Dani retrocede y avanza con una patada que le pega en la rodilla a tu hermano y casi lo desestabiliza. Se mantiene en pie. Se estudian por un par de segundos y tu ex le pega un derechazo en el ojo, tal como lo hizo con vos. Tu hermano se carga de furia. Empieza a descargar todo contra Dani. Lo tira al piso. Puntapié derecho, izquierdo, derecho. Se aleja. Repite la secuencia. Otra vez. Cierra el puño y le pega en la cara. Levanta apenas el brazo y le pega sobre la cabeza. Con la otra mano le pega sobre el otro parietal. Dani ya tiene toda la cara sangrando. Matías se levanta y vuelve a patearlo. Ese chico que tanto bien y tanto mal te había hecho, ya parecía sólo algo tirado en el piso. Te da lástima aunque cierta sensación de justicia no te hace reaccionar hasta que Julia te dice que ya es suficiente, que va a ir a separar. Se baja y vos vas atrás de ella. Dani tirado en el piso y Mati pegándole con menos intensidad porque ya no encuentra defensa en su rival. Ustedes empiezan a gritar que pare, que fue suficiente, que van a tener problemas, que lo mejor es irse. Matías lo acepta y se van, no sin antes escupirle encima a Dani. En el camino al auto es cuando realmente tomás conciencia de lo sucedido y te largas a llorar. Julia dice que ella maneja. Suben los 3 al auto. Última imagen que tenés de Dani, mientras gira el auto en la esquina, es de ese hombre que se mostraba tan rudo y ahora era una masa desparramada por la vereda. Seguís llorando, tu hermano atrás recuperando el aire y Julia conduciendo. Silencio.

Llegan a tu casa, le das hielo a tu hermano para que se ponga en el ojo. Se sientan todos en el comedor y el silencio se mantiene. De golpe se corta el clima con el ruido del teléfono. Julia atiende su celular. Vos empezás a hacer un repaso de lo sucedido. Crees que nunca más vas a vivir tranquila, que siempre te va a estar persiguiendo Dani. Llorás. Tu hermano te abraza diciéndote: “Ya está. Todo acabó”. No te tranquiliza. Vas al baño a lavarte la cara y ves que estás hecha un desastre. Tomás un paracetamol y volvés al comedor.

((Los lectores decidieron que Matías se va y Julia empieza a seducir a Cecilia.)

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