martes, 28 de septiembre de 2010

Episodio 12: De a 3

¿Será que algún día terminará toda esta pesadilla? Ahí mismo empezás a dudar si es tan grave lo que te está pasando. Te parece que le estás tomando el gusto a las cosas. En algún punto te gusta. Inmediatamente abandonas la idea para volver al sufrimiento que te causa el no tener respuestas a tus dudas. Tu amiga enfrente tuyo, mirándote, esperando una respuesta a como sigue lo de ustedes. Vos dura, inmóvil. Cuando le estás por confesar tu intriga por conocer algo nuevo en lo sexual, suena el celular y vas rápido a atender. Es Juan. Inmediatamente atendés. Te pregunta cómo estás, que la pasó muy bien y que justo está por tu casa, llevándole unas cosas a un amigo. Le decís que suba, que estás con una amiga tomando algo.

Vas al baño, te lavas la cara, volvés con un cigarrillo en la mano y te sentás junto a Julia otra vez. Encendés el Lucky. La ponés al tanto de todo sobre Juan, le decís que no te olvidás lo de recién, que está todo bien, que después lo hablan, que no se preocupe y volvés a contarle de Juan y a darle detalles. Te empieza a dar la duda si es el momento para estar contándole esas cosas a ella. Igual lo haces. Cuando te das cuenta, te había agarrado una aceleración similar a la que Julia tenía. Ahora están las dos en una sintonía similar y se comienzan a reír mucho. En ese clima, suena el portero eléctrico y lo haces subir a Juan. Beso en la mejilla. Le presentás a Julia. Por un rato él presencia su charla en silencio, más que nada escuchando lo que ustedes hablan. Se lo ve tímido. Muy distinto al de la noche anterior. De repente, Julia lo incorpora con total naturalidad a la conversación. Se lo ve a Juan relajarse. Ahora sí es más parecido al que vos conociste. Risas por aquí, risas por allá. Tu amiga, que se le pasó la hora de la gimnasia. Juan, que los amigos no lo llaman para confirmarle una cena. Se hacen las 22:30. Deciden pedir comida macrobiótica. Juan baja a comprar las bebidas:

- Es divino – te dice Julia.
- ¿Viste? La verdad que me encanta. Con respecto a lo que pasó hace un rato, quiero que sepas que todo sigue igual que antes y que todavía no decidí que respuesta darte – le confesas- tendremos que hablarlo mejor.
- No te preocupes, Ce. Para lo que me necesites estoy. Fue un impulso, nunca me había sentido con tanta necesidad de expresarme. Perdoná por el momento pero fue lo que pasó.
- Es lo que tenía que pasar – concluís, mientras escuchás las llaves en la puerta.

Aprovechás que Juan va directo a la cocina, para ir a buscar los platos y robarle unos besos. Alguna mano también. Ese hombre te enloquece sólo con unos toques de sus labios en los tuyos. Llevan los platos y la vajilla, ponen unas velas, bajan la luz y vuelven al sillón desde donde los observa Julia. Ahí, Juan, saca un porro y tras la aprobación de las dos, lo enciende. Que suave se siente. Suavidad que te recuerda a Juan y como te trató la noche anterior. Tu temperatura interna empieza a subir, igual la armonía de ese encuentro. Si no estuviera Julia ahí, querrías que Juan te penetre ya. Estas ardiendo por dentro. Muchas risas en la sala. Suena el timbre, justo a tiempo llega la comida.

(Los lectores decidieron que Juan empieza a coquetear con Julia y tienen relaciones sexuales entre los 3)

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