martes, 7 de diciembre de 2010

Episodio 21: ¿Es tu ex?

Respirás profundo. Te cuesta. Respiras un poco más. El color y la vida te van volviendo de a poco al cuerpo. Preguntás si lo pudieron agarrar a Dani. Mientras Juan te trata de callar poniéndose su dedo en la boca, atrás se ve al taxista diciéndole al policía: “debe ser por la misma descompensación que cree ver cosas”. Con el poco de voz que te sale les tratás de decir que era cierto, que estaba la persona que te está buscando. Que por favor, no lo dejen acercarse. Es peligroso. Por favor, les pedís de vuelta. El policía te pide que te calmes. Lo mirás a Juan como buscando aprobación. No la encontrás. ¿Sera que la flasheaste?

Después de analizar la situación, decidís creerles. Te lográs aflojar para relajar. No podés creer que Dani haya puesto en riesgo tu vida. Creías que era capaz de cualquier cosa, hasta de matar a su madre, antes de mandar a perseguirte cueste lo que cueste. Tratás de acordarte quien era esa persona que estuvo al lado tuyo tanto tiempo y por qué estuvo ahí todo ese tiempo. Buscás recuerdos felices juntos. No los encontrás. Todo te lleva a recordar lo que te llevo a estar lejos de él.

Cuando volvés en vos, es porque Juan te está dando un beso en la boca. Te dás cuenta que ese tiempo que te fuiste con la cabeza, estuviste en otro mundo. El mundo que te llevan los besos de ese nuevo chico que conociste hace tan poco. Que esas sensaciones toman mucho más valor ahora que recordás la historia con Dani, y te das cuenta cuán bien se puede estar en una relación. Ahí es cuando Juan mueve la cabeza para un costado y vos empezás a entrecortar otra vez la respiración. Juan te sujeta, el taxista le pregunta al policía cuánto tiempo dijeron los de la ambulancia que iban a tardar, cuánto falta. Pero en la escena apareció alguien más. Estaba él. Es Dani, está en frente tuyo. Cuando levantás la mano para señalarlo, Juan se da vuelta y se asusta. Le pregunta al hombre que está atrás tuyo de donde salió. Dice ser médico y pregunta si puede ayudar. Vos juntas fuerza, te parás atrás de la silla y gritas. Agudo. Muy agudo. Preguntan todos qué pasa, se te aceran Juan y el policía. Juan te reitera la pregunta de qué pasa. Le decís, como podés, que es tu ex. El que le contaste. El que casi mata a tu hermano. Ahí el policía da unos pasos hacia él. Lo escuchás al sujeto de enfrente decirle al policía que no sabe de lo que hablás. Le gritás por el nombre: “¡DANI! ¡Es Dani!”. El policía le pregunta el nombre y dice que se llama Daniel, pero que no te conoce. Te arrepentís de haber roto la foto que tenias de tu ex en la billetera cuando saliste de tu casa. Buscás tu celular a ver si tenés alguna foto de tu ex, y no lo encontrás. Le pedís a Juan que te ayude a buscarlo, para demostrar que no estás mintiendo. Nadie entiende mucho. Juan busca el celular en el taxi. No tiene éxito. Gritás pidiendo ayuda. El hombre, sigue jurando que no te conoce y que sólo vino a ayudar. Que mejor se va de ahí porque ya cumplió su función como médico de ofrecerse y que ve que la victima ya está recuperada, así que no lo necesitan más en ese lugar. Te largás a llorar. Lo buscás a Juan para encontrar un hombro donde consolarte, pero él sigue en el taxi buscando el celular. Lo mirás al ahora desconocido y pedís que lo arresten, que ese hombre te quiso matar, que corre peligro tu vida. El policía se disculpa, pero no puede hacer nada si no hay ningún cargo en su contra. Que deberías hacer la denuncia y recién ahí podrán actuar. Te sentás para llorar sobre tus piernas, mientras te agarrás la cara. Levantás la vista, el hombre se está yendo sin mayores problemas y ahí aparece Juan y te abraza fuerte. Estás desconsolada.

(Los lectores decidieron que Juan lo va a buscar a Dani para comprobar lo que dice Cecilia)

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